Estábamos en
el hotel Katyusha, muy cerca del palacio de invierno, en la zona más turística
de San Petersburgo.
-Piotor, tú
eres de San Petersburgo ¿verdad?
-Sí. Yo y
todos mis ancestros hasta 300 años atrás, que fue cuando se construyó, todos
eran militares como yo, gente de honor, nuestra palabra vale más que nuestra
vida.
-Lo sé amigo
mío, sé a ciencia cierta lo mucho que vale tu palabra.
-Todos piensan
que la revolución rusa la hizo el pueblo y en base así es, pero de no haberse
unido el ejército, Jamás hubiese sucedido. Mi familia formó parte de esa
revolución y ostentaron altos cargos en el partido, pero durante las purgas de
Stalin cayeron todos porque su integridad no era acorde con la locura de aquel
líder, permanecieron en la sombra, atentos y serviles.
-Todavía no
tengo muy claro cómo pudieron llegar a para aquí los espejos.
-Víctor, los
espejos no fueron a parar aquí por casualidad. Napoleón tiranizó casi toda
Europa durante casi una década, hasta que le pararon los pies en Leipzig en
octubre de 1813, abdicó unos meses más tarde y regresó a Francia donde duró en
el poder otros 100 días, más o menos, hasta que le derrotaron en Waterloo, en
Bélgica el 18 de junio de 1915, ese mismo año el zar Alejandro I entró con sus
tropas a París e hizo una de las mayores compras para la colección del
Ermitage, fue entonces cuando se hizo con los espejos.
-Así fueron a
parar a San Petersburgo.
-Efectivamente
en San Petersburgo, la entonces capital de Rusia.
-Esa ciudad ha
tenido varios nombres ¿verdad?
-Sí. Desde que
se fundó hace 300 años; primero le dieron el nombre del santo patrono de su
fundador, entonces los alemanes y los rusos eran aliados, pero en la primera
guerra mundial cuando ambos pueblos se rivalizaron, se le dio el nombre de
Petrogrado, durante la revolución rusa Lenín decidió quitarle la capitalidad y
se la dio a Moscú para alejar nuestra capital del conflicto bélico y de sus
enemigos, los soviets se lo pagaron a su muerte dándole su nombre a esta ciudad,
la llamaron Leningrado, hace escasamente dos décadas volvió a llamarse San
Petersburgo.
-Conoces bien
la historia, se nota tu procedencia.
-Esta ciudad
supuso un inmenso sacrificio al pueblo ruso, mis antepasados como militares que
eran, trajeron a estas tierras a los obreros que la construyeron, no había
apenas población aquí, El zar decreto el traslado forzoso de miles de siervos. Recorrían
cientos de kilómetros a pie, en los primeros años las condiciones ambientales y
del terreno mataron a la mitad, pero Pedro el grande no desistió, quería una
salida por mar al mundo occidental.
-Ignoraba que
hubiese sucedido semejante genocidio, pero como en todas las grandes
construcciones a lo largo de la historia, el precio de su grandeza siempre se
ha pagado en vidas humanos.
-Mi familia ha
visto muchas guerras, los zares eran muy caprichosos y los soviets aún más.
Todos mis antepasados fueron soldados, Por eso yo me hice Spetsnaz, para estar
en la elite, pero como casi todo el ejército de mi amada Rusia, al caer el
régimen nos reclutaron las mafias.
-Hablando de
mafias... ¿Cómo sacaremos el espejo?
-No te
preocupes Víctor, el problema no es sacarlo, eso pude hacerlo desde Mombeltrán,
el problema es identificarlo a ciencia cierta, el palacio de invierno tiene mil
cien habitaciones y cientos de espejos.
-¿No sabes
donde está ubicado?
-Mis amigos
creen haberlo identificado, pero hay que estar seguros, la pieza se haya en los
sótanos, fuera de los catálogos convencionales, eso hará que no lo eche en
falta nadie, pero sí ese personaje tan poderoso, es seguro que en cuanto le
comuniquen que un espejo azul ha salido de allí reforzará las medidas, el
palacio será hermético y no podremos hacer un segundo intento.
-No hay muchos
espejos como ese, en realidad es único.
-Sé que es
único pero mis socios me hablaron de más de una docena que se corresponden a
las características.
-Yo lo conozco
a la perfección.
-Lo sé, pero
tú no puedes ir, hay elementos en el escenario que podrían identificarte.
Quédate con Roxane en el hotel, iremos Merlín
y yo.
-Merlín lo
conoce tan bien o mejor que yo.
Me hubiese
encantado pasear por San Petersburgo con Roxane, pero los elementos del
escenario me preocupaban, mientras esperábamos en la habitación del Katyusha,
comencé a relatarle a mi amada:
-San
Petersburgo en primavera es precioso, pero me habían contado que era más bello
aun en el solsticio de verano, con sus noches blancas, grato lugar para pasear
los amantes dese la perspectiva Nevsky.
-Volveremos en
junio mi amor, pasaremos por sus calles en sus tardes interminables, juntos,
abrazados -. Comentó ilusionada Roxane.
Mientras
comíamos en la habitación, se presentaron Merlín y Piotor:
-Es el espejo,
no cabe duda, lo he visto con mis propios ojos -. Merlín estaba eufórico
-Está todo
listo, lo cargarán en un Beriev BE-200, es un hidroavión de carga, nos iremos a
bordo de él esta misma noche , nos explicó frío y calmado Piotor.
-Ese avión lo
conozco, quizás aquí sea común verlo, pero no en Europa occidental ¿Dónde
aterrizaremos? -. Le pregunté inquieto.
-En Rijeka, el puerto más importante de Croacia,
junto a Triesde próximo al Nordeste de Italia, está a 2200Km plus minus.
-Era tu ruta
habitual ¿Verdad amigo? -, insinué mordaz a Piotor.
-Guárdame el
secreto -. Contestó irónico.
Piotor se lo
tenía bien montado el tinglado, tenía un hangar en el lago Ladoga, nos
separaban de dicho lago unos 70 km , cuando llegamos sus hombres estaban
amarrando el hidro a dos potentes remolcadores, nosotros subimos en el aparato,
era un armatoste enorme, no se podía comparar con un Antonov, pero no era precisamente un micro-bus, al fin pude ver el espejo,
bueno... su embalaje, Piotor sacó una navaja, cortó parte del mismo y así se
aseguró de que no habían envuelto un perchero.
-Piotor, мы находимся в позиции, мы можем начать взлет. (-Piotor, estamos listos, podemos empezar la
maniobra de despegue) -, le dijo el piloto a mi amigo Piotor.
-Anatoli вперед, иди сразу. (“ Adelante Anatoli, vámonos de inmediato)
Para despegar
con un hidroavión, no hay nada mejor que un lago, excepto una pista de
aeropuerto. El lago Ladoga es el más grande de Europa con17.700Kilómetros
cuadrados, no le fue difícil despegar al piloto, incluso de noche.
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