jueves, 22 de diciembre de 2011

Capítulo 10 San Petersburgo



Estábamos en el hotel Katyusha, muy cerca del palacio de invierno, en la zona más turística de San Petersburgo.
-Piotor, tú eres de San Petersburgo ¿verdad?
-Sí. Yo y todos mis ancestros hasta 300 años atrás, que fue cuando se construyó, todos eran militares como yo, gente de honor, nuestra palabra vale más que nuestra vida.
-Lo sé amigo mío, sé a ciencia cierta lo mucho que vale tu palabra.
-Todos piensan que la revolución rusa la hizo el pueblo y en base así es, pero de no haberse unido el ejército, Jamás hubiese sucedido. Mi familia formó parte de esa revolución y ostentaron altos cargos en el partido, pero durante las purgas de Stalin cayeron todos porque su integridad no era acorde con la locura de aquel líder, permanecieron en la sombra, atentos y serviles.
-Todavía no tengo muy claro cómo pudieron llegar a para aquí los espejos.
-Víctor, los espejos no fueron a parar aquí por casualidad. Napoleón tiranizó casi toda Europa durante casi una década, hasta que le pararon los pies en Leipzig en octubre de 1813, abdicó unos meses más tarde y regresó a Francia donde duró en el poder otros 100 días, más o menos, hasta que le derrotaron en Waterloo, en Bélgica el 18 de junio de 1915, ese mismo año el zar Alejandro I entró con sus tropas a París e hizo una de las mayores compras para la colección del Ermitage, fue entonces cuando se hizo con los espejos.

-Así fueron a parar a San Petersburgo.
-Efectivamente en San Petersburgo, la entonces capital de Rusia.
-Esa ciudad ha tenido varios nombres ¿verdad?
-Sí. Desde que se fundó hace 300 años; primero le dieron el nombre del santo patrono de su fundador, entonces los alemanes y los rusos eran aliados, pero en la primera guerra mundial cuando ambos pueblos se rivalizaron, se le dio el nombre de Petrogrado, durante la revolución rusa Lenín decidió quitarle la capitalidad y se la dio a Moscú para alejar nuestra capital del conflicto bélico y de sus enemigos, los soviets se lo pagaron a su muerte dándole su nombre a esta ciudad, la llamaron Leningrado, hace escasamente dos décadas volvió a llamarse San Petersburgo.
-Conoces bien la historia, se nota tu procedencia.
-Esta ciudad supuso un inmenso sacrificio al pueblo ruso, mis antepasados como militares que eran, trajeron a estas tierras a los obreros que la construyeron, no había apenas población aquí, El zar decreto el traslado forzoso de miles de siervos. Recorrían cientos de kilómetros a pie, en los primeros años las condiciones ambientales y del terreno mataron a la mitad, pero Pedro el grande no desistió, quería una salida por mar al mundo occidental.

-Ignoraba que hubiese sucedido semejante genocidio, pero como en todas las grandes construcciones a lo largo de la historia, el precio de su grandeza siempre se ha  pagado en vidas humanos.
-Mi familia ha visto muchas guerras, los zares eran muy caprichosos y los soviets aún más. Todos mis antepasados fueron soldados, Por eso yo me hice Spetsnaz, para estar en la elite, pero como casi todo el ejército de mi amada Rusia, al caer el régimen nos reclutaron las mafias.
-Hablando de mafias... ¿Cómo sacaremos el espejo?
-No te preocupes Víctor, el problema no es sacarlo, eso pude hacerlo desde Mombeltrán, el problema es identificarlo a ciencia cierta, el palacio de invierno tiene mil cien habitaciones y cientos de espejos.

-¿No sabes donde está ubicado?
-Mis amigos creen haberlo identificado, pero hay que estar seguros, la pieza se haya en los sótanos, fuera de los catálogos convencionales, eso hará que no lo eche en falta nadie, pero sí ese personaje tan poderoso, es seguro que en cuanto le comuniquen que un espejo azul ha salido de allí reforzará las medidas, el palacio será hermético y no podremos hacer un segundo intento.
-No hay muchos espejos como ese, en realidad es único.
-Sé que es único pero mis socios me hablaron de más de una docena que se corresponden a las características.
-Yo lo conozco a la perfección.
-Lo sé, pero tú no puedes ir, hay elementos en el escenario que podrían identificarte. Quédate con Roxane en el hotel, iremos Merlín  y yo.
-Merlín lo conoce tan bien o mejor que yo.
Me hubiese encantado pasear por San Petersburgo con Roxane, pero los elementos del escenario me preocupaban, mientras esperábamos en la habitación del Katyusha, comencé a relatarle a mi amada:
-San Petersburgo en primavera es precioso, pero me habían contado que era más bello aun en el solsticio de verano, con sus noches blancas, grato lugar para pasear los amantes dese la perspectiva Nevsky.

-Volveremos en junio mi amor, pasaremos por sus calles en sus tardes interminables, juntos, abrazados -. Comentó ilusionada Roxane.
Mientras comíamos en la habitación, se presentaron Merlín y Piotor:

-Es el espejo, no cabe duda, lo he visto con mis propios ojos -. Merlín estaba eufórico
-Está todo listo, lo cargarán en un Beriev BE-200, es un hidroavión de carga, nos iremos a bordo de él esta misma noche , nos explicó frío y calmado Piotor.
-Ese avión lo conozco, quizás aquí sea común verlo, pero no en Europa occidental ¿Dónde aterrizaremos? -. Le pregunté inquieto.
-En  Rijeka, el puerto más importante de Croacia, junto a Triesde próximo al Nordeste de Italia, está a 2200Km plus minus.
-Era tu ruta habitual ¿Verdad amigo? -, insinué mordaz a Piotor.
-Guárdame el secreto -. Contestó irónico.
Piotor se lo tenía bien montado el tinglado, tenía un hangar en el lago Ladoga, nos separaban de dicho lago unos 70 km , cuando llegamos sus hombres estaban amarrando el hidro a dos potentes remolcadores, nosotros subimos en el aparato, era un armatoste enorme, no se podía comparar con un Antonov, pero no era precisamente un micro-bus, al fin pude ver el espejo, bueno... su embalaje, Piotor sacó una navaja, cortó parte del mismo y así se aseguró de que no habían envuelto un perchero.
-Piotor, мы находимся в позиции, мы можем начать взлет. (-Piotor, estamos listos, podemos empezar la maniobra de despegue) -, le dijo el piloto a mi amigo Piotor.
-Anatoli вперед, иди сразу. (“ Adelante Anatoli, vámonos de inmediato)
Para despegar con un hidroavión, no hay nada mejor que un lago, excepto una pista de aeropuerto. El lago Ladoga es el más grande de Europa con17.700Kilómetros cuadrados, no le fue difícil despegar al piloto, incluso de noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario