martes, 17 de enero de 2012

Capítulo 16 Pompeya


El taxi nos llevó por la autostrada Napolí-Salerno, seguimos hasta Herculano y se volvió a Nápoles, con la promesa de regresar en dos horas para trasladarnos a Pompeya. No teníamos por qué dudar del compromiso; esta era una de las formas que ofrecía el hotel en sus excursiones guiadas.

Dos horas nos parecieron poco tiempo para ver esta maravillosa ciudad: Herculano; hay que tener en cuenta que ésta era más lujosa que Pompeya aunque su tamaño fuera menor.
Era curioso que allá donde antaño residieran las familias más ricas de Roma, hoy por hoy residían las familias más pobres de Nápoles, puesto que allí se situaba en la actualidad uno de sus suburbios.

Al finalizar la visita no fue el mismo taxista el que nos recogiera, pero el compromiso se cumplió con respecto al horario.
Pompeya al igual que Herculano nos fascinó, hasta Merlín se quedó boquiabierto, nos dijo que era como regresar a su aldea en el siglo V, que estaba evocando su niñez.

Realmente uno se trasladaba en el tiempo, aquella erupción del 24 de agosto del año 79 congeló completamente el instante hasta nuestros días.

Nos reímos pícaramente ante los frescos de carácter erótico, los mismos que probablemente provocaron que Fontana volviera a enterrar el hallazgo, el grotesco fresco representando a Príapo pesando en una balanza su enorme miembro viril, hizo esbozar una sonrisa incluso al taciturno Merlín,


así como los grabados del lupanar, alguno me lo señaló Roxane insinuante.

Merlín apenas hallaba aliento para ascender la calle hacia la Puerta Marina, su pronunciado desnivel hacía comprensible el escaso tránsito que tenía en aquella época. La misma en la que se denominaba dicha puerta “La Puerta de Neptuno”.


La visita a Pompeya no estaba tan sujeta a horario y pudimos verla más en profundidad; eso sí, regresamos muy tarde al hotel.
El letrado había dejado recado en la recepción del hotel. Las pruebas mostraban el parentesco con Doménico Atienza, quien dicho sea de paso ya hacía años había sido exhumado para tomar las muestras por un litigio similar en el que alguien aseguró ser heredero de aquella fortuna, lo cual era lógicamente imposible, puesto que no hubo descendencia ninguna después de él (forzosamente Roxane debía ser la única heredera).
Decidimos subir a nuestras habitaciones, asearnos y bajar a comer. Después con toda tranquilidad acudiríamos al despacho del abogado.
Merlín llegó a la recepción y se acercó a preguntar al conserje por si nosotros habíamos bajado ya, cosa poco probable. Se encontró frente al mostrador, de espaldas a él, a una mujer muy bella, ricamente vestida, con el cabello largo y negro y un perfume que le resultaba familiar, se acercó a ella y le dijo:
-Disculpe, señorita. ¿Ha visto al conserje?
Ésta se volvió y... Merlín se quedó helado, no fue su belleza, ojos grandes, verdes y felinos... Tampoco la Pequeña Beretta con la que le encañonaba...

Lo que le impresionó fue encontrarse cara a cara con Lorena, más conocida como Morgana:
-Hola amor mío. ¿Cuánto tiempo?
-No demasiado - le respondió Merlín.
-¿Esas son maneras de recibir a tu gran amor?
-Apuntar con un cañón tampoco es modo de buscar a un ser querido y darle la bienvenida a modo de sorpresa para romper el hielo...
-Veo que aún te queda sentido del humor, querido, y te será útil, pues te seguirá haciendo falta.
Repentinamente una mujer entró en el vestíbulo, con tanto ímpetu que sobresaltó a los allí presentes, que ya de por sí estaban en extrema tensión.
Un individuo que a todas luces era secuaz de Lorena, sacó un enorme revólver y disparó a la mujer, alcanzándola el proyectil en una pierna.
El conserje al oír el disparo, salió del cuarto donde se encontraba, asomando tras el mostrador y sorprendiendo a Lorena, que al oírle  se giró y le disparó, hiriéndole en el hombro.

-¡Piero! ¡Eres un estúpido! Ya no queda tiempo para nada, ¡Vámonos! Muévete Merlín y si haces la más mínima tontería te dejo seco - amenazó Lorena.
Se llevaron a punta de pistola a Merlín, montaron en el coche y salieron, quemando las ruedas.

A penas había salido Roxane del baño y yo me acerqué a la cómoda para recoger las llaves, cuando sonaron los disparos, salimos corriendo hacía el vestíbulo. Al bajar las escaleras los disparos cesaron y un instante después se oyó un gemir de neumáticos por la premura a la que partía aquel vehículo.
Llegados al vestíbulo se oían gritos de una mujer histérica, no era para menos, uno de los disparos le había alcanzado en una pierna.
Nos acercamos al mostrador y tras de él el conserje era socorrido por un botones tras haber recibido un disparo en el hombro.
Le pregunté y sólo alcanzó a decirme que una bellísima mujer, la misma que le disparó, se había llevado a punta de pistola a nuestro amigo.
-¡Rápido, Roxane, tenemos que marcharnos o nosotros seremos los próximos! -, exclamé a mi amada.
-¿Pero a dónde van?, ¡han de explicarle muchas cosas a la policía! -,gritaba el conserje tras de nosotros.

Cogimos un taxi a la carrera y le dijimos que se dirigiera al aeropuerto a toda prisa, el taxista ajeno a nuestro apuro, se hizo el gracioso y dijo:
-Como en las películas.
-Sí, eso es, pero no corra demasiado no le vaya a parar la policía -, añadí aún más preocupado.
-No se preocupe señor, soy un profesional.
Ciertamente lo era, nos puso a la puerta del aeropuerto en un instante, por ello le di una suculenta propina.
-Debemos tomar el primer vuelo que salga antes de que la policía comience a cribar el aeropuerto por el aviso del conserje -, puntualizó Roxane.

-¿Cuál es el próximo vuelo en salir señorita? -, pregunté apremiante.
-Hay un vuelo a Milán, pero no da tiempo a consignar el equipaje, sale en unos instantes.
-Rápido, deme dos billetes, no tenemos nada que facturar.
Salimos a la carrera y embarcamos justo cuando iban a cerrar el muelle. Afortunadamente no eran muchas las medidas por las que tuvimos que pasar, puesto que el vuelo era dentro del territorio italiano.

1 comentario:

  1. Un capítulo excelente, con mucho sentido del humor y acción.
    Mejoras con el tiempo, señor escritor.
    Beni, me encanta tu novela. Ya tus personajes forman parte de mi familia y trajinan por mi casa. =)
    Abrazo de oso.
    Carol.

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