jueves, 12 de enero de 2012

Capítulo 14 El teatro de Rijeka



Tras la visita a la parte histórica de la ciudad, regresamos al hotel a cenar, degustando los manjares de la gastronomía local, cuando un botones se me acercó y me dijo:
-Sus trajes están en la habitación, convendría que pasasen a probárselos.
Acabada la cena subimos a la habitación y nos los probamos. Debo decir que en aquel hotel había unos costureros excelentes. Me miraba en el espejo y me sentía un noble o un aristócrata, estaba pasmado.
Por su parte Roxane le había cogido el gusto al biombo y se vestía tras él, lo encontraba sumamente divertido y se la oía reír y cantar tras el pudoroso artilugio.

-Alcánzame las medias amor y no mires, no seas malo.
Yo le seguía la broma; era muy excitante. Al acercarle las medias se asomó sobre aquel horizonte y al verme exclamó:
-¡Guau! ¿Quién es ese gentleman que me aguarda tras el biombo?
-Soy su pareja para esta noche, espero ser de su agrado.
-Creía que ya no usábamos los pronombres así, ji, ji, ji -,reía burlona.
-Y no los uso, estoy jugando a que soy un total desconocido.
-Lo sé y me encanta, serás mi príncipe azul está noche.
Retiró el biombo y tuvo que cerrarme la boca, la cual se me quedó completamente abierta de la impresión. Quedé extasiado.
-Y tú mi emperatriz -.Logré decir en medio de mi pasmo.

Bajamos a la recepción donde aguardaban nuestros amigos, su apariencia era igualmente impresionante, Piotor se examinaba el traje como un dundee y le comentó a Ivanovic:
-Te felicito. Un gran sastre.
-La modista no lo es menos -, replicó Roxane.
-Ya lo creo -. Coincidió Merlín.
-Todo está listo. El taxi llegará de un momento a otro, tenemos reservado un palco -, dijo el siempre atento Ivanovic.
Así fue, el taxi llegó de inmediato y llegamos al teatro en unos minutos, pues el hotel se hallaba muy cerca. Ivanovic volvió a ejercer de anfitrión de un modo impecable, se sentía en su salsa y se notaba el gozo que le suponía vernos tan complacidos. Estaba tan satisfecho que continuó explicándonos todos y cada uno de los detalles de aquel majestuoso edificio:

-Nos hallamos dentro del teatro nacional croata Ivan Zajc, construido en 1883 por el estudio de arquitectura vienés Hermann Helmer Gottlieb y Fernando Fellner, este fue el primer edificio donde se instaló la electricidad, bueno y... también el teléfono, sí, eso es.
-¡Qué maravilla! -.Exclamó Merlín.
-¿Qué representación vamos a ver? -, preguntó ansiosa Roxane.
-Aida de Giuseppe Verdi -, contestó Ivanovic.
-¡Ópera! Me encanta -, proclamé ilusionado.
-¿Que es la ópera? -, preguntó Roxane.

-Amor mío no lo conoces porque pocos años después de que abandonases, comenzó la historia de la misma, fue en Italia y entre otros de sus creadores, se conoce a Vicencio Galilei, el padre del famoso astrónomo que hemos estudiado, Galileo Galilei.

-¡Ah, sí! Ya le recuerdo.
-Estos músicos italianos querían ensalzar la tragedia griega y así comenzó una corriente en la que finalmente acabó este prodigio. Te encantará. -. Completé así mi explicación.
-¿Tú no eres de esta época verdad? -, le preguntó Ivanovic siempre extrañado por sus continuos desconocimientos.
-Provengo del siglo XV -,le contestó.

-Ahora me diréis que nuestro amigo es el Merlín del cuento artúrico. -, dijo irónico Ivanovic.
Todos comenzamos a reír, todos menos Ivanovic. En cuanto Merlín tomó resuello de su carcajada le dijo:
-Sí amigo mío, soy yo.

-¡Claro! Ahora lo entiendo, Tintagel es donde estaba Camelot, o al menos eso se cree. -.Terminó diciendo Ivanovic.
-No lo dudes, estaba allí, yo ayudé a construirlo.

-Entonces... ¿Morgana?
-Sí, es ella. -.Terminó diciendo Merlín.
Nos hallábamos en el palco y un camarero acaba de servirnos champán, Iovanovic se le acercó y le dijo:
-A mi tráigame coñac, necesito un trago fuerte para asimilar todo esto.

-Como guste el señor.
Roxane no paraba de llorar, estaba emocionadísima: era la primera vez que veía una ópera y el sentimiento que desplegaba la superó.
-Nunca imaginé que la tragedia griega pudiese evolucionar a algo tan grande, tan puro, su canto es como la vida misma -, declaraba embelesada Roxane.
Saqué el pañuelo del bolsillo de mi chaqué, para que se enjugara las lágrimas mi amada. Piotor le dijo:
-Veo lo mucho que te emociona la ópera, no debes perderte el ballet, os invito a verlo en San Petersburgo, nuestra representación del cascanueces de Tchaikovski recibió el premio nacional  ”máscara de oro” en 2003.

-Iremos en junio, ya lo estamos planeando -, le dije a nuestro amigo.
-¡Estupendo! Podréis ver las noches de sol -, exclamó Piotor.
-Es parte de nuestro plan -, remató Roxane.

1 comentario:

  1. Me encanta esta novela, Beni.
    No puedo dejar de leerla y de reírme mientras la leo. De hecho, la vivo.
    Los personajes viven dentro de mí.
    Eres un gran novelista.
    Abrazos de oso:
    Carol.

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