domingo, 15 de enero de 2012

Capítulo 15 Nápoles




Nos alojamos en el hotel “il convento,” un antiguo edificio del siglo XVII reformado recientemente.
Una vez nos habíamos acomodado en nuestra habitación Roxane y yo, bajamos a la recepción donde esperaba Merlín.
-Ya me he puesto en contacto con el abogado, nos recibirá en su despacho a las 12:30, dentro de dos horas, tenemos tiempo de tomar un aperitivo -.Nos explicó Merlín.
Sentados en la mesa Roxane y Merlín no paraban de mirar en derredor, el ambiente histórico del hotel les llenaba de añoranza.
-¿Sabíais que aquí se encuentra una de las universidades más antiguas del mundo? -, comentó Merlín.
-Lo sé. La universidad Federico II. Yo estudié en ella, fue fundada en 1224. -.Puntualizó Roxane.

-Yo la descubrí a través de internet. Indagué en muchas universidades, por supuesto las más antiguas fueron las primeras que investigué, para asimilar los conocimientos de modo cronológicamente factible para mí -, se explicó Merlín.
-En mi caso mi enseñanza  ha sido muy acelerada, soy un mar de dudas.
-No te aflijas mi amor, con tu inteligencia será cuestión de muy poco tiempo el que nos superes a Merlín y a mí.
-Gracias querido, muy difícil será que os supere teniendo en cuenta vuestro intelecto, pero no me aflijo, sois unos grandes maestros, para Merlín debió ser duro tenerlo que aprenderlo todo él sólo.
-Ya lo creo, de no ser por mi gran apetito de conocimiento, la clausura de los monjes del templo, imponía la más triste soledad.

-Lo siento mucho Merlín, Ahora nosotros paliaremos esa soledad. -, dijo Roxane consolando a Merlín.
-¿Sabes lo de Pompeya? -, le pregunté a mi amada.
-En el siglo XVI, escasamente un siglo después de mi existencia, la encontró Fontana, 


pero la moral de aquella época no estaba preparada para sacarla a la luz,

no vio la luz hasta doscientos años después, bajo el beneplácito de Carlos VIII de Nápoles, más conocido como Carlos III de España.

-El rey y alcalde de Madrid -, añadí lacónico.
-El mismo. Un gran aficionado a la arqueología ¿sabías que también excavó las ruinas de Yucatán?
-Por supuesto que lo sabía mi amor, te recuerdo que soy… era anticuario.
-Por eso mismo también sabrás que los Borbones han gobernado Nápoles y Sicilia hasta el siglo XIX -. Remató Roxane.
-Eso yo no lo sabía -, se lamentó Merlín.
-El actual rey de España Juan Carlos I, que es un Borbón, nació en Roma -, añadí.

-Es cierto mi amor, en muchos aspectos España e Italia están hermanadas, es asombroso las muchas tradiciones y costumbres que tienen en común.
-Pompeya está a menos de una docena de kilómetros de aquí,  ¿verdad? -, preguntó de repente Merlín escapando del tema monárquico.
-Sí. Tanto Pompeya como Herculano están a los pies del Vesubio en la bahía de Nápoles -, le contestó Roxane.

-Tenemos que visitarlas. -. Musitó ansioso Merlín.
-Por supuesto, toda mi vida he oído historias fantásticas de esos lugares -. Añadió ilusionada Roxane.
-Sí, pero primero debemos acudir a la cita, charlando, charlando, se nos ha hecho tarde -, les apremié a ambos.
Llegamos al despacho a tiempo, la secretaria nos hizo aguardar en una pequeña salita.
-¿Quieren un café? -, preguntó amablemente la señorita.
-¿Tardará mucho? -, pregunté.
-No se preocupe, no tardará, el café se lo serviré cuando estén con él.
- Se lo aceptó con mucho gusto y si no es molestia.
-No es molestia en absoluto. ¿Tomarán ustedes también?
Roxane y Merlín asintieron.
-Le he cogido el gusto a esta bebida en este siglo, me encanta. -, dijo Roxane.
-Lo mismo digo -, coincidió Merlín.
-¿Sabéis? Desde que se empezase a consumir en Europa en el siglo XVII, Italia es uno de los países donde se prepara el mejor café. -, les informé a mis amigos.

-¿Italia? ¿No me digas? -. Exclamó pasmada Roxane.
-Lo hacen de muy diversas formas y todas son una auténtica delicia. -, apunté.
-Ya pueden pasar, acompáñenme -, nos interrumpió la secretaria.
El abogado era un tipo obeso y con un bigote como el de Hércules Poirot, no tan largo como el de Dalí, pero igualmente engominado y acicalado.

-Buenos días señores, desde que me comunicaron mis socios del bufete, que un cliente tan importante como el señor Emrys, precisaba de nuestros servicios, no hemos dejado de investigar a la familia Atienza a partir del siglo XV, tal y como nos sugirieron tras hablar con usted.
Merlín usaba en los documentos oficiales su segundo nombre Gales “Myrddin Emrys”
-Yo soy Roxane y la sangre de los Atienza corre por mis venas.
-Señorita no se preocupe, yo personalmente la creo, el especialista le tomará una prueba de ADN ante un notario, ambos llegarán de un momento a otro, mientras pueden disfrutar del espléndido café que hace mi secretaria.
En ese instante entró con la bandeja.
-En el estudio hemos descubierto una serie de documentos entre los que se halla uno muy curioso en el que se nombra a una antepasada suya que tiene su mismo nombre y apellido.
-¡Ah! ¿sí? -, simuló sorpresa Roxane.
-Es una carta escrita por otro antepasado suyo, Doménico Atienza. -. Puntualizó el letrado.
-¡El tío Doménico! -, se le escapó a Roxane.
El letrado la miró un tanto extrañado, se suponía que Roxane no tenía ninguna información de esa carta y estaba identificando con toda familiaridad a quien la escribiera cuatrocientos años atrás.
El letrado procedió a leer una copia de la misma:
Yo Doménico Atienza de Nápoles en el año de gracia de 1478, en pleno uso de mis facultades mentales, redacto el siguiente testamento.
Teniendo en cuenta el fatal final de mi hermano y su esposa, por la pérfida conspiración que urdiera Paolo di Bari, y que fuera abortada dios mediante y por mano de mi mecenas Álvaro Gómez de la insigne villa de Toledo.

Sólo se halla en este mundo la hija de mi llorado hermano. Roxane Atienza.
Hallándose ésta en paradero desconocido, serán administrados mis bienes por la familia de mi mecenas, hasta que aparezca mi sobrina u otro familiar que demuestre la procedencia de Atienza.
El letrado levantó la vista y dijo:
-No es necesario que siga leyendo, está claro que usted es la heredera que nombrara Doménico Atienza, la hacienda actualmente la administra el estado, como otros muchos bienes de los que no estaba muy clara su propiedad.
-¿En qué condiciones se halla la misma? -. Preguntó Roxane.
-Verán...
El abogado se meso el cabello, jugó con su bigote y continuó.
-Nápoles es una de las ciudades más pobres de Europa, eso la hace extremadamente peligrosa, aquí la Camorra es quien manda.
-¿Insinúa usted que mi hacienda ahora pertenece a la Camorra?
-No. En absoluto. En realidad fue conservada por los Borbones a lo largo de los siglos, la familia de Álvaro siempre estuvo ligada a la monarquía española.

-Entonces... ¿por qué nombra a la Camorra? -,le pregunté un tanto asustado.
-La nombro para que extremen las precauciones, su hacienda es muy importante, se trata de un palacio que actualmente es un museo y una serie de terrenos en los cuales se alzaron edificios que pasarán también a su propiedad.
-No se preocupe, sé cuidar de mí misma -. Dijo Roxane.
En ese instante hizo pasar la secretaria al notario y al técnico que tomó una muestra de saliva de Roxane, hecho esto nos despedimos y salimos del despacho.


La advertencia del letrado era muy cierta, el índice de criminalidad en Nápoles es muy alto, era una lástima que la cuna de Roxane fuese tan peligrosa.

Decidimos aguardar en el hotel los resultados de las pruebas, nos dijeron que estarían al día siguiente por la tarde.
Amaneció una mañana esplendida en Nápoles, bajamos al vestíbulo tras desayunar en la habitación, avisamos a Merlín que bajó a nuestro encuentro y reunidos con el decidimos que tampoco podíamos pasar todo el día en el hotel, de modo que decidimos visitar las ruinas de Pompeya.

1 comentario:

  1. Muy interesante, y una buena clase de historia, me encanto. Muchos besos. Judith

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