jueves, 16 de febrero de 2012

Capítulo 26 El pantano de Rosarito.



Acuatizamos en el pantano de Rosarito, éste se encontraba dentro de la provincia de Extremadura, pero estaba a apenas media hora de distancia de Mombeltrán.
Desembarcamos con un pequeño bote hinchable que llevaba de dotación el hidro, con él nos acercó hasta el embarcadero Piotor mientras Antolín e Ivanóvic anclaban el Beriev.
En el embarcadero ya nos aguardaba Sergei que había acudido en nuestra búsqueda con un vehículo todoterreno, me dio las llaves y montó en el bote con Piotor de regreso a la nave.
Nuestros amigos rusos se quedaron custodiando la nave y el espejo.
-¿Estarán bien? -, se preocupó Roxanne.
-Perfectamente, están acostumbrados.
-Pero… ¿dónde dormirán?
-La nave tiene literas, además… seguro que se ponen a pescar, ja, ja, ja
-Sí, o se pondrán a jugar a las cartas, cosas de chicos, ja, ja, ja -, se sumo a mi risa ya completamente calmada.
Llegados a la casa, Alex corrió a los brazos de Roxanne y ella se lo comió literalmente a besos.
Les contábamos las maravillas de San Petersburgo ante la asombrada mirada de Alex y la no menos atenta de Merlín.
Descansamos aquella noche y al día siguiente regresamos al pantano con un amigo del pueblo que se limitó a llevarnos junto con el espejo y luego regresó a Mombeltrán.
Desde el embarcadero pudimos ver las cañas de pescar asomando por las compuertas del Hidroavión, como ya supuse estaban pescando, nos habían visto llegar y ya se acercaban en el pequeño bote Piotor e Ivanóvic.
-Alex, te presento a nuestro gran amigo Piotor -, le dijo Merlín.
-Encantado -, el pequeño le alargó su manita para estrechársela.
Piotor le miraba lleno de ternura, esa mirada nunca se la habíamos visto.
Le tomó la mano y después le estrechó en sus brazos.
-Así saludamos en Rusia –, decía mientras achuchaba a Alex.
-Le has asustado. Yo me llamo Ivanóvic -, bromeaba como de costumbre, estrechando la manita de Alex y sacándole una linda sonrisa.
El bote era muy pequeño, de modo que primero cargaron el espejo Ivanóvic y Piotor, luego Ivanóvic nos llevó a Roxanne y a mí y por último llevó a Alex y a Merlín.
Antolín saludó con un gesto militar al niño, con una divertida sonrisa que contagió al pequeñín.
-¿Quieres que te enseñe mi nave? -, le preguntó Anatoli al niño.
-¡Siiiiiii! -, contestó ilusionadísimo.
Aquel avión estaba completamente equipado, tenía hasta una cocina en la que Sergei ya estaba cocinando el pescado, nuestro amigo resultó ser un cocinero excelente.
Merlín miraba fascinado los dos espejos juntos, no podía dar crédito a sus ojos.
Mientras comíamos los manjares que cocinaba Sergei, fuimos ultimando los detalles del plan.
-Volaremos desde aquí hasta las Azores, allí llenaremos los tanques de combustible -, explicaba Piotor.
-¿Desde allí hasta Ottawa habrá combustible suficiente? -, preguntó Merlín.
-Haremos escala en St. John -, le contestó Piotor.
-Al este de Canadá -, añadí yo.
-Piotor, me dijiste que teníais una ubicación perfecta en Ottawa ¿verdad? -, preguntó Merlín.
-En realidad nos dirigimos a Merrill island, es una isla muy poco concurrida, junto a Lemieux island, en el rio Ottawa.
-Pero… ¿Ottawa no es la capital de Canadá? No sabía que fuese un rio -, interrumpió Ivanóvic.
-La ciudad lleva el nombre del río donde se erigió, es algo muy común -, le apuntó Merlín.
-¡Bueno! ¡Es hora de divertirse! ¿Habéis traído el traje de baño? -, exclamó Ivanóvic.
-¡Yo ya lo estoy! -, respondió Anatoli mostrando un neumático que infló a modo de flotador.
-¿Cuándo salimos para las Azores? -, preguntó impaciente Merlín.
Piotor dirigió una mirada tranquilizadora al mago y le dijo:
-Hoy descansaremos aquí, el hidro dispone de cuatro literas, una, para el niño, otra para Roxanne, otra para ti y otra para Anatoli, el piloto ha de descansar adecuadamente, el resto dormiremos en sacos de dormir.
Roxanne se acercó y añadió:
-No son muchas las ocasiones en las que nos podremos reunir todos, menos aún en un sitio tan agradable y apacible, debemos disfrutar el día.
Alex miraba a Roxanne con su mágica sonrisa, repleto de ilusión, no importaba lo que deparase el futuro, al fin y al cabo ellos escribían el suyo propio.

FIN

4 comentarios:

  1. Enhorabuena por terminar tan bellamente esta segunda novela tuya, Beni.
    Abrazo de oso.

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  2. Gracias Nicole, tu colaboración en esta novela es mucho más importante de lo que tu modestia te deja reconocer.

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  3. Felicitaciones, una bella novela que tuvo un increible final,me gusto leerte, y disfrute capitulo por capitulo. saludos, Judith

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  4. Muchas gracias Judith, has seguido con todo interés las dos novelas.

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